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jueves, 29 de marzo de 2012

Meandro Melero



Hola amigos, en nuestra ruta de hoy visitaremos dos rincones de nuestra geografía de auténtica belleza, el meandro Melero en la comarca de las Hurdes y el paraje de Las Batuecas, que aunque está situado en la provincia de Salamanca,  por proximidad y fisonomía merece tener un lugar en nuestro blog.



Decidimos subir por la autovía A-66 hasta el desvío de Torrejoncillo, tomando la carretera. Ex-109 llegamos a la localidad de Coria donde realizamos una parada para estirar las piernas tomar un buen desayuno. No es la ruta más rápida pero si la más bonita fuera de la aburrida autovía y la verdad no llevamos ninguna prisa. Después seguimos ruta por la misma carretera que abandonaremos pocos kilómetros después para girar a la derecha en dirección a Calzadilla y Pozuelo de Zarzón por la Ex-204 carretera que ya no abandonaremos hasta nuestro primer objetivo en la localidad de Riomalo de Abajo en el mismo límite provincial con Salamanca.


Pequeña localidad ésta de Riomalo de Abajo que cuenta apenas con medio centenar de vecinos censados, donde un par de hostales de fachada de piedra dan cobijo y buena comida al viajero que lo necesite. Perfectamente señalizado se encuentra el desvío hacia el meandro Melero, capricho de la naturaleza en el río Alagón que estrangula una delgada lengua de tierra que une la “península” con la tierra firme. A través de una pista de cemento y tierra, transitable para vehículos y en continúa pendiente ascendente  de unos tres kilómetros llegamos desde el pueblo al mirador de la Antigua, punto de observación privilegiado para disfrutar del paisaje desde la altura.

Cumplido el primer objetivo del día, desandamos el camino hasta Riomalo y de nuevo por la Ex-204 llegamos al cruce hacia Las Mestas, donde, al llegar a la localidad,  podremos degustar el famoso ciripolen, bebida energética natural a base de miel a la que los lugareños le otorgan poderes afrodisíacos. También recomiendo la Hospedería Real de las Hurdes, hotel de 4 estrellas que se alza en la ladera y ofrece hermosa vista del pueblo y los alrededores.






Salid de Las Mestas por la SA-201, carretera que a través del maravilloso pueblo de La Alberca nos lleva a Salamanca. Os recomiendo que recorráis esos caminos despacio, sin ninguna prisa tratando de grabar en vuestras memorias esos paisajes de los que me enamore hace ya algunos años. No tendremos que viajar mucho para ya metidos en la provincia de Salamanca a través del puerto del Portillo y tras cruzar varios puentecillos de piedra que nos invitan a parar y “quemar” nuestra cámara, llegar a una zona de aparcamiento cerca del monasterio de Las Batuecas o como dice su nombre Monasterio Santo Desierto de San José de Las Batuecas, discutible cuando menos su nombre por el vergel en el que se encuentra sumergido a no ser por el aislamiento clausura y   estricta disciplina   de los monjes carmelitas que lo habitan.

Dejado el coche en el aparcamiento un camino que corre al lado del río Batuecas  nos lleva, atravesando un puente de madera al inicio de un sendero habilitado para personas con minusvalía y que después de 700 metros te lleva directamente a las puertas del monasterio. Carteles informativos nos acompañan todo la ruta explicando la flora y fauna y árboles singulares que nos encontramos



Llegados al monasterio tomaremos un camino cubierto de raíces que bordea la pared sur del edificio. Donde queramos mirar la vegetación lo cubre todo, antiguos puentes de piedra y pequeñas presas nos permiten cruzar el río en varios puntos ofreciéndonos paisajes de enorme belleza.

Siguiendo el camino encontraremos  restos de un muro que deberemos pasar a través del hueco que dejó una antigua puerta y llegaremos a un canchal que sorprende por su amplitud e inclinación. También podremos observar una reproducción de una carbonera, actividad regulada en la zona desde la segunda mitad del siglo XVII.

Después de kilómetro y medio desde el monasterio llegamos a nuestro segundo objetivo, las pinturas rupestres de Las Batuecas, deberemos subir un tramo escalonado que nos eleva hasta cerca de los 700 metros donde las vistas del valle te hacen enmudecer incapaz de expresar la maravilla que está delante nuestra. En un murallón y protegida por unas rejas se encuentran las pinturas pertenecientes a distintas épocas según se aprecia por las figuras y las técnicas empleadas, desde simples manchas realizadas con el dedo a figuras más detalladas de ciervos donde se aprecia el uso de herramientas (ramas) así como distintos tintes o tipo de pinturas.


Nuestra ruta de hoy a mezclado paisajes, pintura, arquitectura, todo bien combinado en un cóctel que despierta nuestros sentidos y nos muestra la hermosura de nuestra tierra.

  




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EXTREMADURA, SUS RUTAS